Es aquí donde la fantasía de Mouratoglou y su equipo ha alcanzado límites insospechados. El tenis entra en una nueva concepción al disputarse cada partido en cuatro cuartos de 10 minutos cada uno, al igual que el baloncesto. El jugador que tenga más puntos al final de cada cuarto, sale vencedor del mismo, ganando el partido el que más cuartos se adjudique. Siempre se disputarán los cuatro en la fase de round-robin, para no distorsionar la diferencia de sets, elemento clave para un eventual desempate.
En caso de que un partido finalice con 2-2, se jugará un quinto en el que el primer tenista que gane dos puntos seguidos, será el vencedor. El que haya acumulado más puntos en el total de los cuatro cuartos será el que escoja entre sacar o restar. Además, si un cuarto finaliza empate a puntos, se jugará un punto que determinará el vencedor parcial del mismo.
Si el reloj se queda a cero en medio de un punto, se deja terminar ese punto. Además, cada jugador saca dos veces alternativamente y se introduce la opción estratégica de que cada contendiente puede escoger hasta en cuatro ocasiones por partido, que el rival juegue directamente con segundo servicio.
Se establecerá un tiempo entre punto y punto de 15 segundos, así como 30 segundos de coaching por cuarto, que debe ser pedido por el entrenador del tenis. Otra regla revolucionaria es que no se impondrán sanciones por palabras malsonantes, tirar raqueta al suelo y cosas así. Por si esto fuera poco, los jugadores podrán responder responder de los espectadores en los descansos en la pista, ya que se conectarán a la retransmisión en directo y recibirán comentarios de la gente.
Información tomada de http://www.puntodebreak.com